DIVINIDADES EGIPCIAS
AMON.
Amon-Sol, divinidad misteriosa del panteón egipcio, fue el dios del viento y su nombre significa “EL OCULTO” o el “INVISIBLE”. Otro de sus títulos, “EL QUE MORA EN TODAS LAS COSAS” confirma la creencia de que era la esencia del mismo universo.
El dios Amón fue adorado hacia el año 2000 a .c., se hace mención de el por primera vez en una antigua leyenda mítica de la ciudad de “SHUMUN”, la ciudad de los ocho, en el Egipto medio, en la que Amón era uno de los ocho dioses primordiales que surgieron de las aguas con la primera tierra firme. Hacia fines del tercer milenio antes de Cristo, algunos elementos del mito “SHUMUN” (escrito correctamente es SHMUN, en las anteriores ocasiones estuvo mal escrito) aparecieron El Tebas, de donde era originario el dios supremo. Y fue en esta ciudad cuando al comienzo de la XIV dinastía, el rey Amonemhat (que quiere decir Amón es supremo) fundo un templo en su honor en Karnak, el mas interesante y mayor de los complejos religiosos egipcios.
Cuando se representaba en forma humana, Amón tiene la piel de color azul y dos plumas de gavilán sobre su cabeza que adornan su tocado. Es también llamado “SEÑOR DE LA BANDA DE LA CABEZA ”, debido a la cinta que sostiene a las plumas erectas.
En un principio, su animal sagrado es el ganso, pero a partir del año 1600 a .c. se convirtió en un carnero, ya que Amón es frecuentemente representado con la forma de este animal que adornaba la proa de su barca. Se le esculpió ora sentado, con el cetro y con la cruz Ank, signo de la vida divina, y ora de pie y en marcha vestido con el “SQUENTI”, el collar y la corona roja. Amón es un ejemplo especialmente claro de “SOLARIZACION”, y como dios Sol, se convirtió en la divinidad mas elevada del panteón egipcio del nuevo imperio. Superado el oscuro bache de la ocupación de los Hicsos, comenzó la absorción teológica por Amón de los dioses mas antiguos y evolucionados alcanzando su máxima popularidad durante la herejía de Amenofis III (1391-1363).
Su carácter personal, intimo y bondadoso, alcanzo entonces el máximo nivel; su teología quedo enriquecida con una especie de trinidad formada por Amón, como principio absoluto, siempre “ESCONDIDO” en la magnitud de su misterio inagotable, el antiguo Ra, y el menfita Ptah, dios de los faraones posthereticos. Las riquezas y el poder del dios, y por lo tanto de su clero, fueron inmensos en esta etapa.
Pero el dios oficial, poco a poco, dejaría de ser popular. La “CIUDAD DE AMON” permaneció como la ciudad santa por excelencia, pero como ella, el dios Amón quedo relegado por Set, Osiris y Serafis.
ANUBIS
Según la leyenda embalsamo los restos de Osiris, que habían sido esparcidos por Set, genio del mal, y recogidos por Isis y Neftis. Por eso en la mitología egipcia presidía el embalsamiento y pesaba las almas junto a Horus, antes del juicio.
Dios egipcio hijo de Osiris y de Neftis, Anubis era representado con la cabeza de un chacal negro de abundante cola, o como un hombre de carnes negruzcas, o directamente como un chacal o perro, su animal sagrado. Su papel de dios de los muertos le valió a Anubis la consideración universal y tener muchos seguidores, aunque no recibiese culto en un templo independiente salvo en la ciudad de Cinapolis (o ciudad del perro) de la que era la divinidad principal. Anubis era el guardián de la región de los muertos; además cultivaba los campos de las regiones celestes, mezclado con la multitud de espíritus adoradores del sol. Se le representa con el cetro en la mano y una banda al cuello, y también se le simboliza como un perro echado sobre una urna funeraria o sosteniendo a la momia.
Anubis (en egipcio Anepu o Anepo), paso al culto romano y se asimilo a Hermes Psicopompo (mercurio), en los tiempos de los Ptolomeos, llamándose Hermanubis, y agregando a su imagen antropomórfica el sistro, el caduceo las alas en los pios y una palma que Apuleyo le dio por atributo. Su culto en Roma llego a ser de gran importancia, pues existió una cofradía de Anubiacos, según se desprende de una inscripción que el historiador Hanze supone se remonta al año 202 d.c., bajo el consulado de Séptimo Severo. Con frecuencia Anubis aparece unido a otras divinidades egipcias como Isis, Osiris y Serapis. En Egipto recibía varios sobrenombres entre los que figuran los de “DUEÑO DE LA MONTAÑA ” (o sea, de la montaña del oeste, la montaña funeraria, en la que autores como Jean-Louis Bernard creen ver el Taide); “VENCEDOR DE LOS ENEMIGOS DE SU PADRE OSIRIS”, “EL QUE PRESIDE LOS EMBALSAMIENTOS”, creyéndose que sustituyo al propio Osiris como dios funerario durante las primeras dinastías.
En algunas estatuillas de madera o de barro esmaltado, Anubis aparece disparando una flecha, sin que todavía se haya podido saber el significado de tal representación.
BASTET
Diosa de la abundancia y los placeres, los festivales orgiásticos de la diosa Bast o Bastet eran famosos por su esplendor y en su templo se consagraba la prostitucion para los practicantes de una especie de tantrismo sagrado. Bastet fue muy venerada por los reyes de la XXII dinastía (que comprendió diez faraones) desde el año 945 al 712 a .c.
Algunas veces se la representaba con cabeza humana y el cabello peinado en bucles cuadrados, y se la muestra en pinturas murales como una mujer con cabeza de gato. En una mano sostiene un Sistro (una especie de cascabel musical, mas comúnmente asociado a la diosa Hator), y en otra con un cesto. Fue adorada en el bajo Egipto, y principalmente al este del delta, en la ciudad de Bubastis (en egipcio Perbastel), en cuyo templo se encontraron gran cantidad de gatos momificados. Pero también tenia un antiguo santuario en Tebas, cerca de Karnak, del que mas tarde se apropio Mut. Su fama duro todo el periodo egipcio, pero su popularidad llego a la cumbre en el siglo IV a.c.
La diosa tenia un hijo, el dios con cabeza de león, Mihos, el de la “CARA SALVAJE”.
Como diosa solar, fue la divinidad de la abundancia y señora de los placeres. Las celebraciones de sus festivales orgiásticos eran famosas como los mas espléndidos de todo Egipto. Pero su templo no se limitaba a consagrar la prostitucion. Sus sacerdotisas podían servir, eventualmente de pareja a místicos que seguían un camino comparable al tantrismo hindú. Durante los festivales, estaba prohibido cazar leones por miedo a sufrir su ira. Para sus seguidores, Bastet era una diosa virgen (a pesar de los eventos que tenían lugar en sus festivales y de ser patrona de las mujeres y de los niños).
En otro mito, Bastet esta asociada con la luna en vez de con el sol y es aludida como “EL OJO DE LA LUNA ”, “LA GEMELA DE HORUS” o “EL OJO DEL SOL”.
Su popularidad se extendió durante todo el periodo griego, y los romanos llevaron su culto a Europa, donde fue adorada en diversos lugares entre ellos Roma y Pompeya.
HATOR
Vinculada a la estrella Sirio y divinidad femenina del antiguo Egipto el nombre de Hator se puede traducir como “LA MORADA DE HORUS”, pues se creía que Horus, el Dios-Sol, iba a descansar sobre su pecho celeste antes de amanecer el día.
Hator estaba unida a la estrella de Sirio, que se alza justo antes del amanecer del primer día del mes de Thot, fecha especialmente significativa para los seguidores de Hator, ya que era el día del festival que celebraba su nacimiento. La diosa era representada por una vaca, símbolo de la maternidad y la lactancia, y era la madre del sol naciente, cualidad de la que depende su papel como cielo nocturno en el que el astro aparece renovado. Conforme con esta teoría, Hator recibía el nombre de “SEÑORA DE OCCIDENTE” y presidía el occidente de Tebas y de Tebaida, de ahí el nombre de Pathiris (perteneciente a Hator) dado a este distrito, porque se creía que esta diosa recibía al sol en sus brazos en el mismo instante en que el se ocultaba detrás de la montaña. La deidad tenia como instrumento El Sistro, instrumento musical al que los egipcios atribuían la propiedad de ahuyentar los malos espíritus.
Pero la vaca, además de simbolizar la maternidad solar, tiene el valor cosmológico.
Según el historiador ingles Henry Brugsch-bel, esta representa el principio femenino del cosmos, como el toro representa el principio o fuerza masculina y creadora de la sustancia primordial. Hator como diosa de occidente, era también diosa de los muertos y su culto data de las primeras dinastías de Egipto. Con el paso del tiempo (siempre conservando su significación naturalistica), se convirtió en diosa de la belleza que precedía los destinos humanos.
Por este motivo le fue consagrado, en tiempos de Ptolomeo XIII, el templo de Dandera.
Asimismo era también adorada en Abu-Simbel, Tebas, Heliopolis, Kusa y Nefrus, y se hallaba y se halla representada en los mas antiguos monumentos de Egipto.
A Hator se la representa en tres formas, con figura de vaca coronada con el disco solar y dos plumas de avestruz, ya sola, ya saliendo de la montaña, con figura humana, coronada con el disco solar y los cuernos de la vaca, a veces con cabeza de vaca, a veces con cuerpo de buitre y cabeza humana, coronada con el disco solar y cuernos de vaca.
HORUS
Llamado a suceder a su padre Osiris, Horus es también un dios solar y real que se identifica con marte. Guerrero armado con sable, es especialmente peligroso durante sus periodos transitorios de ceguera. Es el prototipo por antonomasia del rey terrestre.
Horus es la expresión principal de la divinidad solar en Egipto. Señor del cielo, su nombre significa “ALTO O LEJANO”. Como sucesor de Osiris asume una función sobrenatural que le diferencia del común de los mortales sus dos ojos simbolizan los dos cuerpos celestes, el sol y la luna (el derecho es el sol y el izquierdo es la luna). Fue ese ojo el que perdió en manos de Seth, y mas adelante, después de recuperarlo, el que se presento a Osiris para ayudarle en su resurrección. Horus se manifiesta en un gran numero de entidades, cuyos epítetos varían según las funciones.
De todos modos se pueden distinguir dos aspectos principales, una forma joven y una forma madura. Los Horus maduros, en el apogeo de su esplendor son la expresión de lo divino en plena posesión de sus medios guerreros y sexuales, en cuanto al Horus joven, aparece bajo una actitud distinta en multitud de formas, cuya importancia era mayor o menor según las épocas y representa al heredero-niño que asumirá las funciones divinas.
Se trata, por tanto, de distintos aspectos de las múltiples funciones que debía asumir el hijo de Osiris.
Representado como un halcón, o como un hombre con cabeza de halcón, sus cuatro hijos, Imset, Quebehsenuf, Duamuttef y Hapi, actuaban como guías para los muertos. Según la tradición, estas potencias protectoras ya habían venido una vez en auxilio del mismo Osiris después de su muerte abriéndole la boca para que pudiera alimentarse de nuevo. Estos hijos dioses de Horus velaban porque el bienaventurado no careciera de nada en la tumba, pero puesto que los alimentos no iban a durarle eternamente, estremecía el pensar que a lo mejor podían a llegar a depender algún día de sus propios excrementos para poder subsistir.
En este sentido conviene recordar que los egipcios consideraban al corazón, el estomago, el hígado y las demás partes interiores del cuerpo como seres no ya independientes, sino divinos, porque incluso durante el sueño y sin que se rijan por la voluntad del durmiente, continúan trabajando, en forma secreta pero vital.
Recientemente se ha especulado con que la hendidura que tiene la esfinge de Giza, imagen del dios Harmaquis (Horus – en – el – horizonte), estaba destinada a contener un adorno simbólico. Durante mucho tiempo se dio la denominación de “MISTERIO DE LA ESFINGE ” a esta hendidura cuya causa se ignoraba.
ISIS
Hermana y esposa de Osiris, regidora de la constelación de Orión y viuda desconsolada, a ella le toco encontrar los miembros de su marido y volver a recomponerlos. Desde entonces, su papel es el de acoger y regenerar a los dioses muertos y asegurar la protección de las tumbas. En Isis encontramos a una divinidad femenina, una de las mas importantes de Egipto, cuyo culto llego a su mayor apogeo en el llamado imperio nuevo (aprox. 155-1070 a .c.), extendiéndose por el país del Nilo, Oriente, Grecia y Roma.
Según la mitología egipcia, Isis era hija de Seb, dios de la tierra, y de Nut, diosa del firmamento. Esta (Isis) era también la hermana de Osiris, así como su esposa, con quien se había desposado ya antes de nacer, convirtiéndose después en la madre de Horus, el dios solar, que los griegos identificaban con Apolo.
Tanto Isis como Osiris están considerados como dioses buenos y de claro carácter terrenal, ya que Osiris mostraba a los hombres las plantas que eran comestibles, mientras que Isis enseñaba a las mujeres los métodos para moler el trigo y les mostraba como hilar el lino y tejer telas. Era diestra en el arte de curar y transmitió ese conocimiento a su pueblo. Existe una leyenda por la cual se asocia a Isis con los ríos y las aguas. Cuando ella recuerda la terrible muerte de Osiris, llora de tal manera que los ríos crecen e inundan los campos, regando de esta forma la vida.
En la religión faraónica, Isis, en el principio no fue mas que una divinidad de Buto, ciudad del delta del Nilo, y se consideraba que ella sola, sin el concurso masculino, había engendrado a Horus. Pero además era la reina de la bóveda celeste y presidía a las revoluciones de los astros, que determinan la sucesión de los días y las noches y el orden de las estaciones, por lo que frecuentemente era representada con estrellas al lado de su imagen o encima de su cabeza. En particular, había una estrella consagrada a Isis en Egipto, la de Sothis, que los griegos identificaban con Sirio. Los egipcios imaginaban a Isis, la señora del cielo, en forma de vaca, el firmamento sembrado de estrellas constituían su vientre. A Isis siempre se la representaba con un trano sobre su cabeza y amamantando a su hijo Horus. Hay quienes afirman que las vírgenes negras del románico parecen ser el ultimo eco de esta representación egipcia. Incluso la religión cristiana llego a rendir culto a la diosa Isis, hasta que el emperador Justiniano cerro las puertas de su santuario convirtiéndolo en una iglesia de carácter cristiano.
JONSU
Dios vagabundo y miembro de la tríada de dioses de la ciudad de Tebas, Jonsu estaba relacionado con la luna, podía manifestarse indistintivamente como joven o como viejo y tenia las mismas capacidades de provocar enfermedades como de sanarlas. Jonsu, el menos importante miembro de los dioses de la tríada Tebana, asumía el carácter de dios lunar y se estima que la luna era su hijo. Su nombre podría significar “EL VAGABUNDO” o “EL HERRABUNDO”. Y quizás por esta razón los griegos lo identificaban con Heracles (Hércules).
Jonsu era representado en general, con forma humana, utilizando un rizo lateral para indicar su juventud. Pero mas tarde, al igual que Horus, algunas veces aparece con la cabeza de un halcón, o como un hombre Hierosocefalo.
Se le asocio a Amón cuando este se convirtió en la principal divinidad de la capital, de Tebas. Los teólogos le hicieron hijo de este dios y acentuaron sus aspectos lunares, que complementaban los rasgos solares de Amón. A Jonsu se lo representaba también como a un niño, con el cráneo afeitado y un mechón colgando a un lado, que lleva el disco solar sobre la cabeza. Este dios conservo su propia personalidad y había un templo consagrado a el, en el interior de Harnak. De hecho, este templo es perfectamente visitable, nada mas atravesar los pilonos que flanquean la entrada a este enorme recinto sagrado. Por ultimo, cabe destacar que Jonsu podía manifestarse bajo dos aspectos, según se hiciera presente como un dios joven o como un dios maduro.
Hay veces que aparece como una entidad poseedora de enormes poderes, capaces de provocar las enfermedades como de curarlas. De hecho, su imagen, a la que se atribuían frecuentemente poderes curativos, fue enviada a algunos soberanos del extranjero aliados a Egipto para que ayudase a las personas a las que ningún medico ni ningún dios había podido ayudar.
KHNUM
EL DIOS ALFARERO
En un torno de alfarero, Khnum, el dios con cabeza de carnero y señor de cataratas y aguas frías, deidad de los comienzos, modelo a los seres vivos e incluso, se pensó que el había sido el artífice del huevo primordial del que surgió el Sol al comienzo del mundo.
Khnum, dios de la región de las cataratas, “SEÑOR DE LAS AGUAS FRIAS”, y de algunos otros lugares en el alto Egipto, como Esna o Shas-Hetep, era representado con cuerpo de hombre y cabeza de borrego, con grandes cuernos ondulados.
En algunas ocasiones incluso se le adjudicaron cuatro cabezas de cordero, probablemente como símbolo de las cuatro fuentes del Nilo. Khnum significaba el “MODELADOR”, porque se decía que el era el que había modelado el Huevo del Mundo en su torno de alfarero. A causa de esta cualidad celestial, presidía la formación de los niños en el vientre de las madres, y en conformidad con este desarrollo, la posterior consorte de Khnum, la diosa de cabeza de rana Heqet, se convirtió en la diosa del nacimiento.
Khnum y Heqet fueron los primeros dioses que estaban en el comienzo y que fabricaron a los hombres. De hecho, la idea de la aparición del hombre a partir del barro seria adoptada después por la cultura judía, y de ahí transmitida a nuestra tradición cristiana.
No obstante, la idea que subyace tras ambas figuras divinas es la búsqueda del origen de todas las aguas, incluyendo el océano, en la mitológica fuente del Nilo, entre las rocas de la primera catarata. En el imperio antiguo (aprox.2575-2150 a .C.) Khnum y Heqet son transferidos a Abydos por causa de la fusión con el mito osiriano, donde encontramos no solo el lugar del entierro de Osiris, sino también la fuente de la vida, la entrada y manantial de los abismos.
El principal centro de adoración de Khnum se hallaba en Abu. Estaba construido sobre una isla en el Nilo, y se creía que la crecida anual del rió comenzaba en el estanque sagrado de la isla de Abu.
Pero además de su esposa Heqet, Khnum estaba relacionado con otras dos deidades femeninas: Anukis y Satis. En el caso de Anukis, esta pudo haberse originado en Sudan, ya que se la muestra con las plumas del loro rojo, un pájaro característico de esa zona.
En cuanto a su tercera esposa, Satis, su nombre significa “AQUELLA QUE CORRE COMO UNA FLECHA”, y a menudo es representada sosteniendo un arco y unas flechas.
MAAT
DIOSA DE LA JUSTICIA
A través de ella, el mundo creado mantiene su identidad. Los dioses se alimentan gracias a su presencia y ella personifica el equilibrio cósmico, la regla recta a la que ha de someterse tanto el cuerpo como el alma. En este mundo, las cosas solo son reales si han sido tocadas por Maat.
En los textos jeroglíficos, el nombre de la divinidad egipcia Maat, una de las mas importantes del panteón, representa la verdad, la justicia, la ley y el orden cósmico, tal como lo deseo e instauro el demiurgo; el orden político, tal como lo administra el faraón; y también el orden social, tal como lo vive cada individuo. En este sentido, personificaba lo justo, la regla recta e inflexible, tanto en el orden moral como en el físico.
Hija del Sol, Maat era la luz al tiempo que la verdad, y como luz, la diosa daba realidad a los seres y a las cosas. En efecto, según las ideas egipcias, así como un ser solo conserva su personalidad bajo la condición de tener un nombre, así también un objeto cualquiera, para tener una existencia real, debe poseer una forma visible. Por consiguiente, únicamente se hace verdadera y real cuando ha sido tocado por Maat.
La luz emitida por el Sol (Ojo de Horus) produce, pues, la realidad, y Maat es el nombre de esta realidad.
Maat debió ser desde los primeros momentos una divinidad muy importante, pues acompañaba a Ptah y Khnum en el momento de la creación y se la consideraba como hija predilecta de Ra (el Sol), o Dios supremo.
En el viaje diario que hace Ra en compañía de la divinidades amigas, el camino y la dirección son señalados por Thot y su esposa Maat, mientras Horus actúa de piloto y de capitán de la pequeña embarcación.
El símbolo de la diosa es la pluma que observamos en las escenas del juicio del alma, cuando el difunto ha entrado en la cámara de la doble verdad en presencia de Osiris y de los 42 jueces.
Pero Maat no es solo una entidad abstracta, ya que cada egipcio la encuentra en su vida diaria. Cuando el difunto se presenta ante el tribunal divino, es a Maat a quien ha de enfrentarse (psicostasia), pues habra tenido que aplicar, durante toda su existencia, los principios de la verdad-justicia en sus actos diarios. Todo individuo debe actuar conforme a Maat y esforzarse, sea cual sea su rango en la escala social, por procurar que reine la armonía divina en torno a el, sea un faraón o un simple fellah.
El egipcio se esfuerza durante su vida por seguir los caminos de Maat, es decir, por seguir siempre la vía del justo medio, evitando los excesos y la indolencia.
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